Impacto de la microbiota intestinal en la salud cardiovascular
Impacto de la microbiota intestinal en la salud cardiovascular
El intestino humano alberga más de 100 billones de células microbianas, que regulan (de manera compleja) el desarrollo y la función adecuada de las barreras mucosas. Aunque está claro que la composición de la microbiota puede estar alterada de modo significativo en los pacientes con enfermedades cardiometabólicas (también llamada disbiosis), gran parte de los datos de momento reflejan únicamente asociación. (Tang, 2017)
Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el planeta. (Salud, 2021) Cada vez hay más evidencia científica de cómo los cambios en la composición bacteriana intestinal pueden afectar al corazón.
Sobre todo, esa influencia pasa por los productos químicos que excretan estos microorganismos, llamados metabolitos, algunos de los cuales se ha visto que están directamente implicados en una buena salud física y mental, como los ácidos grasos de cadena corta; mientras que otros, en cambio, se relacionan con daños en la pared de las arterias; con un aumento de los niveles de colesterol y un mayor riesgo de aterosclerosis, una enfermedad inflamatoria de la pared de las arterias que lleva a la acumulación de grasas en forma de placas que pueden romperse y formar trombos que ocasionan complicaciones graves, como un infarto o accidente cerebrovascular. (Sáez, 2024)
Uno de los factores más estudiados y sobre el que más evidencia científica hay es el TMAO o óxido de trimetilamina. Se trata de una molécula que producen las bacterias intestinales cuando la dieta es muy rica en grasas y proteínas. Estudios científicos han hallado que niveles elevados de este compuesto se asocian a un 62% de riesgo incrementado de sufrir mayores episodios cardiovasculares, como un infarto. (Sáez, 2024)
Ahora bien, cuando esa inflamación se cronifica, puede acabar afectando a los vasos sanguíneos, llevarlos a perder elasticidad, a endurecerse y estrecharse, lo que acaba impidiendo que la sangre circule bien y restringe, por tanto, la cantidad de oxígeno y nutrientes que llegan a todo el organismo. (Sáez, 2024)
Conclusión
Al analizar la influencia de la microbiota intestinal en la salud cardiovascular se evidenció que la misma emerge como un factor crucial en la salud del sistema cardiovascular, influyendo en cuatro aspectos básicos como la inflamación, el metabolismo de lípidos, la producción de metabolitos y la interacción con el sistema inmunológico, la evidencia científica sugiere que un desequilibrio en la composición de la microbiota podría contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, como cambios dietéticos, uso de probióticos y prebióticos, ofrecen potencialmente estrategias para mejorar la salud cardiovascular, la microbiota intestinal representa un campo prometedor para la prevención y el tratamiento de enfermedades cardiovasculares, destacando la importancia de abordar la salud cardiovascular desde una perspectiva integral que incluya la microbiota intestinal. (Bárbara Estefanía Checa, 2024) El consumo de Lactobacillus casei Shirota puede ayudar a regular la microbiota intestinal. Esta bacteria probiótica, presente en productos como Yakult, contribuye a equilibrar la microbiota al aumentar las bacterias beneficiosas y disminuir las perjudiciales, mejorando así la salud digestiva.
Referencia
- Bárbara Estefanía Checa, F. M. (2024). LA INFLUENCIA DE LA MICROBIOTA INTESTINAL EN LA SALUD CARDIOVASCULAR. REVISTA INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO , 36 – 46.
- Sáez, C. (23 de diciembre de 2024). Gut Microbiota for Health. Obtenido de https://www.gutmicrobiotaforhealth.com/es/el-eje-intestino-corazon-como-la-microbiota-intestinal-impacta-la-salud-cardiovascular/
- Salud, O. M. (11 de Junio de 2021). Organización Mundial de la Salud. Obtenido de https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/cardiovascular-diseases-(cvds)#:~:text=Se%20estima%20que%2017%2C9,de%20miocardio%20y%20a%20accidentes%20cerebrovasculares.
- Tang, T. K. (2017). Impacto de la microbiota intestinal en la enfermedad cardiovascular. Revista Española Cardiol., 799 – 800.