¿Qué hacer si tengo colesterol alto?

El colesterol es una sustancia cerosa que se encuentra en la sangre. El cuerpo necesita colesterol para formar células sanas, su nivel normal es de 125 a 200 mg/dL y está determinado por factores genéticos y ambientales que incluyen: la edad, el género, el peso corporal, la dieta, el consumo de alcohol y tabaco, el ejercicio físico, los antecedentes familiares y consumo de algunos medicamentos. 

La hipercolesterolemia se define como niveles altos de colesterol total, este tiende a depositarse en las paredes de las arterias formando placas denominadas ateromas, y es de las principales causas del desarrollo de enfermedades cardiovasculares, siendo responsable de más de un 45% de los casos de ataques al corazón.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pronosticado que para el año 2030, las enfermedades cardiovasculares se convertirán en la principal causa de muerte, afectando aproximadamente a 23.6 millones personas a nivel mundial. 

Disminución de los Niveles de Colesterol por Probióticos

La OMS y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO) definen a los probióticos como “organismos vivos que al ser administrados en raciones adecuadas confieren un beneficio a la salud del huésped” o persona que los consume.

Estos organismos modifican la microbiota intestinal, causando efectos positivos en el metabolismo, entre los que se encuentra su efecto hipocolesterolémico (reducción del colesterol en sangre). 

Existen varias estrategias para reducir la hipercolesterolemia como modificar el comportamiento alimentario y hacer ejercicio, también se ha propuesto el consumo de bacterias probióticas aisladas de la microbiota intestinal. Estas bacterias probióticas pueden reducir el colesterol al disminuir su absorción, mediante la acción de la separación de sales biliares, atrapando el colesterol en la membrana bacteriana, haciendo que el colesterol precipite y sea eliminado a través de las heces. 

Alimentos funcionales para el control de la hipercolesterolemia 

Se consideran como alimentos funcionales a aquellos alimentos que además de otorgar beneficios a la salud, poseen sustancias, cuyo consumo diario, contribuyen a mantener sano el organismo y mejorar el estado de bienestar general. Algunos ejemplos de alimentos funcionales son: 

• Las frutas: constituyen un alimento natural fundamental en la dieta saludable y su consumo está relacionado con una disminución en la incidencia de enfermedades crónicas y degenerativas incluidas las enfermedades cardiovasculares.
• Los vegetales: en particular lo de color naranja, rojo o morado como la calabaza, zanahoria, berenjena, col, etc., contienen un alto contenido en betacarotenos que actúan como antioxidantes naturales y pueden disminuir el colesterol y los triglicéridos en sangre.
• Los frutos secos: como las almendras y las nueces, mejoran la circulación sanguínea, ayudan al control de la diabetes que no dependen de la insulina, mejoran la tolerancia a la glucosa, además de tener un efecto positivo sobre la regulación del colesterol y sobre los niveles de triglicéridos.

Como conclusión la regulación del sistema digestivo está determinada por el equilibrio entre la microbiota, la permeabilidad intestinal y la inmunidad local, cualquier factor o evento que afecte uno de estos componentes repercute sobre los demás e impacta negativamente al organismo, causando alteraciones en la microbiota intestinal, esto se puede prevenir consumiendo bacterias probióticas como el Lactobacillus casei Shirota que están en los productos de Yakult.

Referencias:

1. Carrero, C., Navarro, E., Lastre, G., Orostegui, M., González, G., Sucerquía, A., Sierra, I. (2020). Dislipidemia como factor de riesgo cardiovascular: uso de probióticos en la terapéutica nutricional. Archivos Venezolanos de Farmacología y Terapéutica. 39(1). https://www.researchgate.net/publication/343858483_DISLIPIDEMIA_COMO_FACTOR_DE_RIESGO_CARDIOVASCULAR_USO_DE_PROBIOTICOS_EN_LA_TERAPEUTICA_NUTRICIONAL
2. Llanes, J., (2017) Alimentos hipolipemiantes que mejoran la salud cardiovascular, Revista Cubana de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, 23 (4). https://www.medigraphic.com/pdfs/cubcar/ccc-2017/ccc174j.pdf
3. Dalto, P., Takehara, N. (2012). Efecto de los probióticos sobre el colesterol plasmático: Ensayo clínico controlado aleatorizado. Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas Dietista, 139(30). http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S185273372012000200003&lng=es&tlng=es