Comunicación cerebro y microbiota intestinal
Comunicación cerebro y microbiota intestinal
Si bien es cierto que estamos iniciando un año lleno de retos y cada uno con múltiples oportunidades, deseos de lograr las metas planteadas y con muchos objetivos que alcanzar es casi un hecho que en el común denominador está el cuidar nuestra salud.
El realizar actividad física, alimentarnos adecuadamente y buscar el bienestar están en nuestra mente.
¡Pero! Son pocos los que consideran el cuidado del cerebro, de hecho es poco probable pensar en cuidar a ese órgano que produce millones de pensamientos. Y he aquí la importancia de hacerlo. El cerebro que conforma nuestro SNC (Sistema nervioso central) afecta directamente la microbiota intestinal de nuestro aparato digestivo, lo cual repercute de manera directa nuestros esfuerzos en el objetivo de peso ideal y estado de salud óptimo y viceversa. ¿Cómo? Sí, es correcto, como lo acabas de leer. La microbiota intestinal saludable o en desequilibrio impacta en nuestro comportamiento, según sea el caso.
Estudios científicos han observado que alteraciones del comportamiento, como el estrés y la depresión, pueden cambiar la microbiota, dichos cambios se asocian con mayor vulnerabilidad a estímulos inflamatorios en el tracto gastrointestinal afectando el hábitat de microorganismos benéficos en el intestino y permitiendo que bacterias nocivas generen trastornos intestinales e inflamatorios. Recordemos que la microbiota intestinal es un ecosistema donde habitan microorganismos benéficos y nocivos. Y los primeros, tienen entre sus funciones, protegernos de aquellos que nos causan daño, participar en la ingesta de nutrimentos, contribuir en el metabolismo de ciertos fármacos y carcinógenos e influir en la absorción y distribución de grasas.
Otros interesantes estudios, documentan cambios en la química y el comportamiento del cerebro fueron revertidos mediante alimentación que contenía Lactobacillus; regulando varios aspectos de la actividad cerebral, incluido el estado de ánimo y el aprendizaje.
En conclusión, la comunicación cerebro y microbiota intestinal es bidireccional.
Así que, es necesario cuidar tanto nuestra microbiota intestinal alimentándose e hidratándose de forma correcta. Sin olvidar cuidar al director de orquesta, quien incesantemente dirige instrucciones a nuestro cuerpo. Y es posible cuidar nuestra mente, realizando actividades recreativas que nos resulten agradables, actividad física y descansando lo necesario, para contrarrestar el estrés o ansiedad de cada día.
De esta forma seguramente contribuiremos a la intención de vivir y disfrutar este año 2022 lleno de oportunidades, a tan sólo pocos días de haber iniciado. ¡Éxito!
Referencias:
Stepehen M. Collins and Premysl Bercik (2009) The Relationship Between Intestinal Microbiota and the Central Nervous System in Normal Gastrointestinal Function and Disease. Gastroenterology 103:2003-2014
Tracey Bear. Julie Dalziel, Jane Coad, Nicole Roy, Christine Butts and Pramod Gopal. (2021). The Microbiome-Gut-Brain Axis and Resilience to Developing Anxiety or Depression under Stress. Microorganisms 2021,9,723.
Influencia de la microbiota intestinal en el peso corporal
Influencia de la microbiota intestinal en el peso corporal
Estamos por comenzar un nuevo año y con él también nuevos propósitos, de los más importantes es el cuidado de la salud y en este tema, es muy común fijarse como meta la reducción del peso corporal, para lograrlo por lo general solamente son considerados; cambiar los hábitos de alimentación y hacer ejercicio con mayor frecuencia, pero ¿te imaginas que las bacterias que viven en nuestro intestino influyen en nuestro peso corporal?
Así es, las bacterias intestinales que conforman la microbiota intestinal, son necesarias para ciertas funciones metabólicas, por ejemplo; interviene en la recuperación y almacenamiento de energía de la alimentación, la obtención de vitaminas esenciales, absorción de micronutrientes.
Estudios científicos han observado que la composición de la microbiota intestinal de personas con obesidad comparadas con personas delgadas son diferentes. Por lo tanto, desde hace algunos años se ha reconocido el rol de la microbiota intestinal en el desarrollo de la obesidad y otras enfermedades metabólicas.
Conociendo estas bases, se han desarrollado diversos estudios al respecto, entre ellos, el trasplante de microbiota ha sido una opción, y se ha observado que: al trasplantar microbiota intestinal de personas con obesidad resultó en un aumento de la acumulación de grasa, en los sujetos que recibieron dicha microbiota, en comparación con los que recibieron un trasplante similar de donantes delgados.
En conclusión, es importante realizar acciones enfocadas al cuidado de la salud, incluyendo mantener un peso saludable, teniendo estilos de vida saludable, como una adecuada alimentación, practicar ejercicio de manera regular, así como cuidar la microbiota intestinal.
Referencias:
Rodríguez, J. M., Sobrino, O. J., Marcos, A., Collado, M. C., Pérez-Martínez, G., Martínez-Cuesta, M. C., Peláez, C. y Requena, T. (2013). ¿Existe una relación entre la microbiota intestinal, el consumo de probióticos y la modulación del peso corporal?. Nutrición Hospitalaria, 28 (1), 3-12.
Devaraj, S., Hemarajata, P. y Versalovic, J. (2013). La microbiota intestinal humana y el metabolismo corporal: Implicaciones con la obesidad y la diabetes. Acta Bioquímica Clínica Latinoamericana, 47 (2), 421-434. ISSN: 0325-2957.
¿Las fiestas decembrinas cambian nuestro peso?
¿Las fiestas decembrinas cambian nuestro peso?
¿Subimos de peso en navidad? Aún no hay suficiente evidencia para afirmar o descartar esta teoría. Pero de lo que sí estamos seguros es de que hay cambios que realizamos en nuestros hábitos de alimentación en las fiestas decembrinas.
La primera modificación es que tenemos más eventos donde se ven involucrados alimentos como: la cena de navidad, la de año nuevo, día de reyes, posadas etc.
En estos eventos, al comer con muchas personas en la mesa, existe una tendencia a imitar comportamientos y de esta manera superar nuestras cantidades comunes de consumo, esto se explica por el mecanismo fisiológico llamado neuronas espejo.
En este tipo de cenas hay una amplia variedad de alimentos a los que no estamos acostumbrados el resto del año, por lo que podría favorecer recurrir a porciones más grandes, también las preparaciones tienen más cantidad de grasa.
Estas modificaciones podrían favorecer darle al cuerpo mayor cantidad de energía de la que necesitamos, lo que se verá reflejado en un aumento de peso.
Para prevenirlo puedes hacer lo siguiente:
- Tener en los demás tiempos de comida como desayuno y colaciones, platillos que incluyan verduras y frutas para equilibrar las calorías que comemos a lo largo del día.
- Consumir alimentos que tengan probióticos como el Lactobacillus casei Shirota, pueden ayudar a mejorar el tránsito intestinal y el proceso de digestión.
- Escucha a tu cuerpo cuando se sienta satisfecho, mastica lento y sirve porciones pequeñas.
No dejes de lado la actividad física, intenta caminar mínimo 30 min diarios, diversas investigaciones en salud, han demostrado que el ejercicio es el factor protector con mayor evidencia en diversas enfermedades, incluida la obesidad.
Disfruta de estas fiestas, pero sigue cuidando tu salud con el consumo de probióticos diariamente y una dieta correcta.
¡Felices fiestas, te desea Yakult!
Referencias:
Cohen D. A. (2008). Neurophysiological pathways to obesity: below awareness and beyond individual control. Diabetes, 57(7), 1768–1773.
Rolls, B. J., Morris, E. L., y Roe, L. S. (2002). Portion size of food affects energy intake in normal-weight and overweight men and women. The American journal of clinical nutrition, 76(6), 1207–1213.
Directrices de la OMS sobre actividad física y hábitos sedentarios: de un vistazo WHO guidelines on physical activity and sedentary behaviour: at a glance. Ginebra: Organización Mundial de la Salud; 2020. Licencia: CC BY-NC-SA 3.0 IGO.
Sueño y sistema inmunológico
Sueño y sistema inmunológico
El sueño es un estado fisiológico, es la actividad que ocupa la tercera parte de la vida del ser humano. Dependiendo de la edad corresponden las horas de sueño, las cuales son:
- Recién nacido: 14 a 18 horas
- Lactante: 12 a 14 horas
- Niño: 11 a 12 horas
- Adulto: 7 a 8 horas
Durante el sueño la conciencia, la respuesta a estímulos y el metabolismo disminuyen, mientras que aumenta el restablecimiento de energía, eliminación de radicales libres (moléculas que dañan algunas células de los seres humanos), consolidación de la memoria, regulación endocrina (regula las hormonas), y la regulación del sistema inmunológico. Por lo que la privación, disminución o fragmentación del sueño altera todos estos procesos.
El sistema inmunológico es la defensa del organismo ante elementos extraños o agentes infecciosos. Y se divide en dos:
- Inmunidad innata: es la primera línea de defensa del organismo. La activación de esta genera una respuesta inflamatoria que ayuda a contener la infección, así como promueve la recuperación.
- Inmunidad adaptativa: es más especializada y genera memoria contra los invasores. La activación de esta genera reconocimiento de los cuerpos extraños y la destrucción de estos, así como la generación de anticuerpos.
Cuando el sueño se ve alterado, la inmunidad adaptativa disminuye, y hay un aumento de la inmunidad innata. Por lo que el sistema de defensas no está equilibrado, por lo cual no funciona correctamente, y esto puede ser un factor de riesgo para desarrollar enfermedades inflamatorias crónicas y metabólicas.
En conclusión, el sueño es un factor importante para la regulación del sistema inmunológico, por lo cual es importante dormir de corrido las horas correspondientes para la edad, así como cuidar los otros factores que ayudan a mantener el buen funcionamiento del sistema inmune, y estos son: alimentación correcta, ejercicio, control del estrés y consumo diario de probióticos, como los Lactobacillus casei Shirota de los productos de Yakult.
Referencias
Contreras, A. (2013). Sueño a lo largo de la vida y sus implicancias en salud. Revista Médica Clínica Las Condes, 24(3). 341-349. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0716864013701718
Rico, M. G. y Vega, G. B. (2018). Sueño y sistema inmune. Revista alergia México, 65(2). http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2448-91902018000200160
Takeda, K. and Okumura, K. (2007). Effects of a Fermented Milk Drink Containing Lactobacillus casei Strain Shirota on the Human NK-Cell Activity. The Journal of Nutrition, 137(3). 791-793. https://academic.oup.com/jn/article/137/3/791S/4664752
Diabetes y alimentación
Diabetes y alimentación
El 14 de noviembre, la Organización Mundial de la Salud, conmemora el “Día mundial de la Diabetes”, para crear conciencia sobre el impacto de esta enfermedad sobre la salud de las personas que viven con diabetes, además de generar prevención en la población en general.
Por lo anterior, está publicación está dedicada a explicar la relación que tiene la alimentación y esta afección.
La Asociación Americana de Diabetes menciona que la alimentación que consume una persona que vive con diabetes es muy importante para el control de glucosa en sangre, por lo que recomienda la asesoría del profesional nutriólogo para que le ayude con un plan de alimentación, ya que no existe un plan de alimentación único.
Para el plan de alimentación se puede incluir el uso del índice glucémico (IG), el cual es un método que clasifica a los alimentos con base a la velocidad de absorción de los carbohidratos que pueden elevar los niveles de glucosa en sangre, por lo que se clasifican en:
- IG bajo (55 o menos), es decir que los carbohidratos contenidos en los alimentos su velocidad de absorción es lenta, por lo que eleva lentamente los niveles de glucosa en sangre, ejemplos: cereales integrales, leguminosas, la mayoría de verduras y frutas con piel y crudos, alimentos lácteo fermentados.
- IG medio (56 a 69), es decir la velocidad de absorción de sus carbohidratos es mediana, ejemplos: arroz integral, avena cocida, verdura y frutas sin piel.
- IG alto (70 o más), es decir la velocidad de absorción de sus carbohidratos es rápida por lo que pueden elevar rápidamente los niveles de glucosa en sangre, ejemplos: cereales refinados como pan blanco, pasta de trigo y arroz refinado, cereales de caja con azúcares añadidos, refresco, jugos clarificados, conservas, verduras y frutas cocidas.
Finalmente, es importante señalar que los alimentos lácteo fermentados como Sofúl LT y Sofúl LT para beber tienen un IG bajo por lo que es recomendable incluirlos en la alimentación de las personas que viven con diabetes ya que contienen Lactobacillus casei Shirota que es una bacteria probiótica que contribuye con la salud intestinal.
Referencias
Organización Mundial de la Salud. (2021). Día mundial de la diabetes 2021. https://www.who.int/es/campaigns/world-diabetes-day/2021
Asociación Americana de Diabetes. (2021). Comer bien no tiene que ser aburrido. American Diabetes Association.
Evert A. B., Dennison M., Gardner CH. D.,W. Garvey W. T.,Lau K. H. K, MacLeod J., Mitri J., Pereira R. F. , Rawlings K., Robinson Sh., Saslow L., Uelmen S., Urbanski P. B. and Yancy W. S. Jr. (2019) Nutrition Therapy for Adults With Diabetes or Prediabetes: A Consensus Report. Diabetes Care Volume 42, 731-754.
Asociación Americana de Diabetes. (2010). ¿Qué puedo comer? La guía de la diabetes sobre opciones de alimentos saludables. American Diabetes Association.